Ciudad de México. Qué pena la baja de Néstor Araujo, debe ser una tragedia para el futbolista perderse la Copa del Mundo de Rusia 2018; tomar la decisión tuvo que ser de lo más duro en su vida; iba a ser titular, por lo menos un partido si nos remitimos a las malditas rotaciones del director técnico; estaba cantado su debut en un mundial; sería visto por millones de personas pero no, esta vez no será posible.
No va, no está en su mejor forma, somos solidarios a su dolor. Desde Rusia le dedicarán goles, jugadas, actuaciones, normal. Lo real es que está fuera, físicamente ya no es parte del grupo, no se hable más de Araujo hasta que vuelva a la órbita de la selección, -si es que el nuevo entrenador lo considera-, se escucha fuerte pero hay que darle vuelta a la hoja y poner toda la atención en el equipo mexicano.
Llegó el momento para Osvaldo Alanís, Ayala o Edson Álvarez. De estos tres saldrá el que sea colocado en la lista definitiva de 23 para Rusia 2018 y aún más importante, sea el socio de Héctor en la defensa central para el arranque mundialista. No son tan poderosos en el plano físico, cubren esa desventaja con buena técnica. Los tres deben estar preparados para una exigencia al limite porque no estarán exentos de comparaciones.
El reto es muy atractivo, cualquier jugador profesional mexicano que juegue en su posición quisiera estar en los zapatos de estos tres personajes. Ayala y Alanís aventajan a Alvarez por su experiencia, ambos ya fueron campeones, eso puede inclinar la balanza del técnico en la elección. Requisito importante es que necesitan estar consientes de la responsabilidad que se les viene.
Sea Ayala, Alanís o Alvarez resulta primordial -como todos los demás que estén en la lista definitiva- que se entreguen, que luchen por una gran participación, que en la victoria y en la victoria sean dignos deportistas; un mundial dejará marcadas sus vidas el resto de su existencia.
El mundial es el gran paso en la carrera de muchos futbolistas, ojalá y aprovechen el escaparate que su deporte les brinda.
Por Gerardo Melín.
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