Rusia. Los futbolistas uruguayos pidieron al delantero francés Antoine Griezmann que recuerde sus vínculos y el afecto por su país antes del partido que los enfrentará por los cuartos de final del Mundial.
El francés juega con los defensores José Giménez y Diego Godín en el Atlético de Madrid y los fue a recibir al aeropuerto de la capital española con una camiseta celeste cuando Uruguay clasificó al Mundial. Además, tiene la costumbre de tomar mate con sus compañeros.
“Griezmann es bastante uruguayo, se hace parecer uruguayo. Para él puede ser un partido especial, igual que para nosotros”, dijo el mediocampista Nahitan Nández a periodistas en la concentración uruguaya de las afueras de Nizhny Novgorod, donde se jugará el partido del viernes.
Tan estrecha es la relación entre los jugadores que se enfrentarán por un boleto a las semifinales de la Copa del Mundo que Godín es el padrino de la hija de Griezmann. “Esperemos que se porte bien adentro de la cancha y que se acuerde de que es medio uruguayo”, agregó Nández.
Como es costumbre, los uruguayos lucían relajados fuera de la cancha, algo que contrasta con su estilo de juego fuerte y la conocida “garra charrúa”. Después de derrotar a Portugal 2-1 para asegurarse un lugar en los cuartos de final, el equipo celebró comiendo asado junto a sus familiares.
“Si algo tiene este grupo es que nunca deja de sorprender, siempre con cosas buenas y con cosas positivas. Con diferentes alternativas en los primeros partidos fuimos buscando la solidez, la manera de poder plantear bien los partidos. Estamos conformes con el trabajo que venimos haciendo, siempre hay cosas para mejorar”, dijo Nández.
“En estas instancias finales es imposible no tener nervios pero sabes que si no ganas te vas a casa. Eso lo tenemos claro y planteamos cada partido como una final”, agregó.
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