14-1, 2005, 1.19 millones...Así comienza esta aventura que parece telegrama indescifrable o mal redactado pero no podría estar más alejado de la realidad. Si algo entendemos en el mundo en el que nos desarrollamos es dinero (más que números) y quienes tasaron un índice poco favorecedor a conseguir un título en contra de uno de los mejores golfistas en la historia, hoy se están lamentando menos uno. Un apostador en Las Vegas que jugó, arriesgó y sobre todo ganó.
El domingo Tiger Woods hizo historia al registrar una tarjeta de menos trece golpes bajo par en el Master de Augusta y por quinta ocasión los organizadores le colocaron la tradición chaqueta verde. La última ocasión fue en el 2005 y viendo en retrospectiva no tengo la menor duda que alguien hará un guión cinematográfico de la vida de este deportista.
Un hombre que luchó contra lo estereotipos cuando ingresó al circuito profesional que cimbra el mundo del golf y estableció su estilo para ser conocido mundialmente como el Tigre, que estando en la cima tuvo una sinuosa bifurcación hasta tocar fondo y logró reinventarse con el paso de los años hasta mutar su imagen pública con base en trabajo y dedicación, superando operaciones que amenazaban con terminar su historia de triunfos.
Inició con números que parecían no tener sentido, pero a lo largo de este párrafo y si mi sintaxis lo permite serán mucho más claros. Las apuestas estaban en su contra, específicamente 14 a 1 era la probabilidad de que consiguiera el título del Master (laurel que no conseguía desde el lejano 2005) pero un apostador de Las Vegas sin importarle los números confió en “el Tigre”. Su acto, para muchos descabellado, le rindió frutos ya que tras su inversión de 85 mil dólares y con la victoria de Woods, se llevó un total de 1.19 millones de dólares.
Después de una última ronda excelsa (iniciaba con un par de golpes de desventaja sobre el líder) pudo terminar este capítulo en su historia con un abrazo. En 2005 fue a su padre y este 2019 ahora cerró de la misma forma pero con sus hijos. “El Tigre” no deja de maravillar al mundo del deporte, sin importar si tenemos una afición o no hacia el golf.
Por: Eduardo Ruiz
